Todos los baños de señoras del planeta se encuentran en complejas y peculiares coordenadas espacio-temporales, que los convierten en una subcategoría de los agujeros negros, tal como ocurre con los desayunos y vacaciones de algunas personas.
La primera manifestación del fenómeno es la fuerza invencible que empuja a todas las mujeres a ir hacia ellos ante la sola invitación realizada por otra mujer. La afirmación es obligada y automática: “Voy al baño, ¿vienes?”, “Sí”. Ya van dos, a menudo tres o cuatro.
Mágica e inexplicablemente, el tiempo se detiene: “¿Tienes papel en el tuyo?”, “No, pero tengo kleenex”, “Dame uno”, “Mi puerta no cierra bien”, “Espera que te la aguanto”, “Yo aquí no me siento, está todo mojado, ¡qué asco!”, “La cisterna no funciona”, “¡Madre mía, y el suelo encharcado!”, “Niña, aguanta medio agachada”, “¡Qué suplicio!”.
Las demás mujeres necesitadas de descarga se amontonan en la puerta. Y crece la cola. Se amontonan en la puerta del baño del bar, del baño del restaurante, del baño de la feria, del baño de la estación de autobuses. En el baño del restaurante la mamá entra con el nene. El nene ameniza el ratito dando por saco, abriendo los grifos y tirando del rollo de papel higiénico.
En la puerta del baño del bar, las aspirantes se miran con disimulo, examinando concienzudamente el material con el que fue construido. Aquélla ha salido y no se ha lavado las manos, qué puerca. El techo se agota, no da para más, ahora tocan las paredes y las puertas, a ésta no le vendría mal una manita de barniz.
Una vez hice pis en Harrods, en el baño de Harrods, se entiende. Lo recuerdo con cariño y nostalgia. Allí no había cola sino una señora uniformada que movía las manos a modo de policía de tráfico o señalero de aeropuerto. Regulaba el tránsito (…), todos los recursos disponibles y prohibía el paso a carritos de la compra y de bebé. No permitía el acceso a la pista de despegue hasta que los aposentos individuales se habían liberado y se encontraban listos para su uso.
En la puerta del baño de la oficina tampoco tienen cola pero sí barullo. Hay un enfermero atendiendo a una pobre lesionada. Maricarmen, hoy está de Santo y le ha tocado el premio gordo.
- ¿Qué le ha pasado a Maricarmen?
- Se ha roto el tobillo, un dedo y dos dientes.
- ¿¡Pero qué me dices!? Si la acabo de ver yendo al baño.
- Pues allí ha sido.
- ¿Qué hacía?, ¿escalada?.
- Parece que no tenía a mano papel higiénico y se puso de pie encima del váter. Se resbaló, metió un pie en la taza y otro se le encajó entre la pared y el váter, con tan mala suerte que, cuando se agarró al marco de la ventana para evitar la caída, ésta se cerró por un golpe de aire, atrapándole la mano, el cuerpo se le fue para adelante y se dio en la cara con el lavabo.
Maricarmen conservaría intactos su tobillo, su dentadura y su mano si en lugar de tener una bruja cotilla en recepción, contáramos con una maga señalera blanca o gris que anulara con sus artes el hechizo que pesa sobre el baño de señoras.
jueves, 16 de julio de 2009
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12 comentarios:
¿No te cobraron una libra por entrar en el baño del Harrods?, cuando yo estuve alli hace muchos años... era asi, y me quede con ganas de verlo..
Por cierto, me has recordado a un texto que me llego hace tiempo al correo, lo he encontrado por ahi en la blogosfera, te dejo un enlace (aleatorio): http://radiocontempo.wordpress.com/2008/05/29/la-incognita-revelada-%C2%BFpor-que-las-mujeres-van-juntas-al-bano/
Un saludo!
No... me cobraron unos centimillos de libra en Escocia y de euros en Francia cuando estuve hace dos años y el año pasado, respectivamente.
Es un tema socorrido éste del baño. Yo quería hacerlo porque tenía en la memoria la caída estrepitosa de "Maricarmen", real como la vida misma, que ocurrió hace ya casi 20 años en el baño de la oficina de mi padre.
Saludos y gracias por tu visita.
Hola guapa, de vuelta de las vacaciones, por fin empiezo a leerme vuestros blogs.
Eso sí, antes me ha dado tiempo a votarte en el concurso del 20 minutos (algo es algo).
Yo estuve en Harrods en el año catapún, pero no estuve en el servicio (qué fallo!).
La verdad es que yo hace años que no voy con amigas al baño, quizá porque me acuerdo de una amiga de mi madre (unos 60 años), que en la boda de mi hermana, la vi totalmente sola y me dijo
- Es que las demás se han ido al servicio
- Y tú?
- Yo es que ya voy solita al baño
No sé si me duele más el golpe, o el asco de pensar en el pie metido en la taza.
Yo me pongo en situación e imagino lo que tiene que ser para una mujer ir al baño. Os compadezco...
Al menos en España no te meten prisa...
Saludos
Esa escena que narras, que según dices es real, de la caída de Maricarmen, casi me provoca un infarto de la risa.. hasta he llorado y todo, de la risa, digo, lo siento por la pobre señora pero si fué hace 20 años, ya se habrá recuperado la pobre, digo yo... está tan divino el post que me quedé con ganas de seguir leyendo....
La verdad es que tienes razón; las mujeres muchas veces vamos de dos en dos al baño, pero tambien vamos solas muchas veces... creo que es un poco tópico.
Pobre Maricarmen, qe mala suerte ha tenido en el baño, la verdad es que los baños a veces son demasiado pequeños y estas cosas pasan.
Me alegro de "verte". Un besote
Que gracioso pones algo tan sencillo como ir al baño...sé que vamos en grupillo, pero ¿qué quieres? no nos gusta la soledad...xd
Me ha gustado mucho tu blog, suerte en el concurso.
Saludos
Madre mía, Peibol, después de colas, prisas.. yo no podría vamos... lo que tú dices, la tarea hecha de casa...
Gracias, Estodevivir. Me alegra que te hiciera gracia... tal cual se cuenta es gracioso. Y sí, "Maricarmen" se recuperó. Luego tuvo depresión pero fue por un tema "amoroso"...
Mª Ángeles, me alegra verte por aquí... Sí, en verdad es un poco tópico, yo misma, sin ir más lejos, no soy muy de ir en parejitas, vas o no, si tienes que ir o no, simplemente. Gracias por visitarme y comentarme. Saluditos.
No es nada malo, Monic, llevas toda la razón, sí señor. Gracias por tu visita y comentario, gracias por tus buenos deseos. Está complicado!! pero es bueno reunirse, compar, conocer otros blogs que, de otro modo, quizá no llegues nunca a ver. Un saludito.
Qué bueno, me he reído un rato leyéndolo.
La verdad es que si que es un misterio el tema del baño.
Un saludo.
Qué fuerte!! la historia de Maricarmen ocurrió realmente? Pues me he reído un montón al leerla, incluso me la he imaginado. Pobrecilla, si es que algunas veces hay que hacer malabares cuando se va a un baño público jeje.
Saludos!!!
Sí, es real. Qué pena, eso sí, ya digo que sobrevivió. Todavía me acuerdo de ella... ays, qué vida esta.
Gracias por tu visita y comentario, Saluditos....
Pues muy bueno. La verdad es que este post y el de "el no asesinato de la no enferma" son simplemente geniales. Me gusta un montón tu sentido del humor, tu crítica acidilla y los dibujos, ya son el remate. La verdad, gracias por este blog. Saludos. Y suerte en el concurso. Voy a ver qué hay que hacer para votar.
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