miércoles, 3 de junio de 2009

UN BUEN CASO PARA MÍ

Trabajo en el famoso bufete “Stevenson & Peterson” desde hace siete años. Me llamo Smith y soy abogado junior. Wilson es el abogado senior más imbécil de la firma y también quien me evalúa trimestralmente. Me ha evaluado ya veintiocho veces pero nunca me aprueba. Dice que me falta visión jurídica y talento negociador. A él le falta pelo y veinte centímetros de altura y yo nunca le he dicho nada.

Estoy en mi pequeño despacho esperando a una clienta que Wilson me ha encasquetado porque dice que es un buen caso para mí, un desafío. Ya la oigo acercarse por el pasillo, pareciera que viene con prisa, con ansiedad…

- “¡Ay, hijo mío, pero qué lejos de la entrada está este despacho!”– exclama –“Buenos días, cariño, mi nombre es Martha, Martha Silk… encantada”.

La Sra. Silk se abalanza sobre mí y me estampa dos sonoros y pringosos besos en las mejillas. Es una mujer menuda, delgada, nerviosa, no para de gesticular. Lleva un gigantesco lazo rosa en la cabeza, cabello rubio teñido, muy rizado, enormes aros dorados en las orejas, gruesa raya negra en el ojo y bolsos y zapatos a juego con los aros.

- “Buenos días, Sra. Silk, ¿en qué puedo ayudarla?” – pregunto ¿interesado?.

- “Cariño, tengo un problema, un problema muy gordo y quiero una indemnización. MacPastor me ha estafado, a mí, y a miles de mujeres jóvenes y modernas como yo”- dice – “Quiero ponerles una demanda criminal y reclamarles un millón de dólares, mi dolor lo vale, he sufrido mucho con este tema, corazón” –afirma.

Siento una patada brutal en el hígado cada vez que pronuncia la palabra “cariño”, “hijo” o “corazón”. Me contengo, guardo silencio y fijo la atención en el lazo que se menea al ritmo de su voz.

- “Hijo, yo me compré hace dos días una laca de uñas, muy ilusionada con el color y el brillo del probador. Pero llegué a casa, me pinté con ella y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que aquello no era Fresh Strawerry sino Dark Cherry, y encima ¡mate!”. La última frase la dijo casi gritando, golpeando el bolso contra el regazo y echando el lazo hacia delante.

-“Aha…”- alcancé a decir. ¿Mate?, ¿alguien ha dicho mate?, ¿que “mate”?, ¿puedo?... y mis ojos volvieron al lazo, a la frente y a la raya desdibujada de la mujer estafada por el pintauñas mate.

7 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Me ha gustado mucho, por varias razones.
Primero porque nunca he soportado esas descripciones que hacen en las novelas policiacas de un cliente/sospechoso o lo que sea. Especialmente cuando se trata de mujeres
"Tenía los ojos como los de una gacela que fuera a ... " ¿a qué macho, a qué?
Y por lo del socio ese que le evalúa. Muy gracioso.
pd. Lo del esmalte de uñas, me parece un drama, por otra parte.

peibol dijo...

Entre que aún estoy dormido, y que la historia tenía lógica, por un momento pensé que se trataba de ti XD.
Me gustan estos minirelatos ;)

Anónimo dijo...

Muy bueno, una versión mucho más entretenida de las novelas de abogados.

Superpatata dijo...

Jijiji, muy bueno. Sí, una mujer joven y moderna... jaja, es que me la estoy imaginando... Digo, qué fuerte!! qué era mate!!! No me lo puedo creer, pero que clase de depravados hay en el mundo!!??? Juga así con los sentimientos de las personas.... eso no tiene perdón...jajaja.

Pat Lawriter dijo...

Loquemeahorro, me alegro. A mí me ha gustado tu comentario, llevas TODA la razón... es cierto... El socio... tenía que haber un petardo... hombre... yo lo del esmalte, a lo mejor lo paso... ¡pero no soportaria una sombra de ojos que no aguantara en el ojo!

peibol, alguna cosilla tiene de mí... ¡maspillao!... gracias, me alegro mucho de que te gusten, de verdad.

estodevivir, gracias... intento darle otra "perspectiva" al tema... pobrecitoossss....

Superpatata, gracias. Veo que lo has captado... ¡qué duro sentirse estafada por el pintauñas... qué tragediónnnnnn!

Muchas gracias a todos. Besotes.

Capitán Clostridium dijo...

Genial la descripción del evaluador. "bajito y calvo y nunca le digo nada"
Una histérica la cliente. Y por qué no denuncia al fabricante de lazos rosas. ¡Eh?

Tienes mucho arte relatando, y ese puntillo de ironía que tanto me gusta.

Capitán Clostridium dijo...

Genial la descripción del evaluador. "bajito y calvo y nunca le digo nada"
Una histérica la cliente. Y por qué no denuncia al fabricante de lazos rosas. ¡Eh?

Tienes mucho arte relatando, y ese puntillo de ironía que tanto me gusta.