lunes, 26 de abril de 2010

DULCE Y AMARGA BORRACHERA

El mundo gira sobre mí como un tiovivo, la cabeza me da vueltas. La culpa es mía o quizá tuya o quizá no es culpa de nadie, puede que todo sea simplemente casualidad, el destino o la suerte, buena o mala.

Siento un desasosiego dulce y amargo que me hace feliz y desgraciada a la vez, que alimenta mi curiosidad, ansías de sufrir más, querer y no poder... un desasosiego gestado en momentos, nacido en un instante.... quién sabe cuándo desaparecerá.

Si tuviera alas volaría, lástima que no tengo, debo superar esta borrachera sin levantar los pies del suelo. No es para siempre, se pasará tarde o temprano, con el tiempo, la lluvia o el calor… o al menos, así lo espero.

Como el flash de una cámara o el primer rayo de sol que te toca y te hace estornudar, te deslumbra por mil razones, pero pronto se apagará, su efecto de diluirá poquito a poco, como el café ardiendo pierde calor o el día va muriendo al llegar la tarde. Anhelo que sea así, ¿o no?

Dime un secreto: ¿tú serías capaz de regalarme un beso de tu boca?

Piénsalo en tu cabeza, siéntelo en tu deseo y lánzalo desde tus labios, en una brisa suave pero viva, roza mis ojos, mis mejillas y mi boca, pósalo suavemente en ella y abrázame con fuerza, apretaré mi pecho contra el tuyo para lograr que, al menos, en mis sueños, el tiovivo nunca deje de dar vueltas… y no se pase nunca esta dulce borrachera.