sábado, 22 de noviembre de 2008

"CARTA DESESPERADA DE AMOR" O "CARTA DE AMOR DESESPERADO"

Hoy me ha costado despegar mis huesos de la cama, mi trasero pesaba más que nunca y las zapatillas, que habían estado toda la noche de copas, mareadas, vomitaban bajo el colchón. Me he puesto del revés la camiseta y el pantalón ha hecho noche en mis caderas, tendré que dejar la tarta diaria de chocolate. Empujada por una extraña fuerza, he bajado las escaleras y me he dirigido a la cocina. Allí me sentí segura, aunque el gas estaba abierto, el frigorífico hacía un ruido extraño y las hormigas tomaban huevo frito y jamón para desayunar.

En ese momento, mi despertador, de efectos retardados, ha comenzado a zumbar, no sólo en mis oídos sino en los de mi familia. Todos son muy comprensivos pero ya se sabe que la compresión tiene un límite y Saturno anillos. Subiendo los escalones de tres en tres y, abriendo la puerta con la suavidad que mi cabeza me permitió, derribé el demoniaco aparato y su martilleante sonido no fue más que un vago recuerdo.

Mi tragedia no había hecho más que empezar. La leche bullía como un volcán inmaculado. Lanzándome a un vacío rocoso de diecieséis escalones puntiagudos que había subido segundos antes, me adentré en la selva blanca de un cazo vengativo, deseoso de escupir su repugnante lava e hidratarme de una vez por todas la cara. Aquel bizcocho hueco me amenazaba y mis manos titubeaban, de un golpe seco giré el interruptor y anulé sin piedad la fuerza rugiente que momentos antes me intimidó.

Me senté en una silla y observe cómo aquella leche quemada perdía volumen, imaginé otras muchas cosas que, después de estar muy calientes, pierden volumen y se desinflan, y me lamenté de la crueldad de la Naturaleza. Allí, viendo la decadencia de un volumen poderoso y amenazante, recordando como las grandes fortalezas también sucumben, entonces, en ese momento, te recordé.

Tú estabas en otra galaxia y yo era demasiado terrestre. El sufrimiento inundaba mi alma y las lágrimas mi cuarto. Me gustaría pillar al tonto que dijo que "llorar desahogaba". Mi odisea de amor por ti era interminable.

Un día cualquiera se me ocurrió intentar estrangularte cariñosamente mientras nos bañábamos en la piscina y, además de soportar un Sol inclemente, escuchaba con enorme deseo de que te volvieras mudo, una de tus clases teóricas sobre "Cómo convertir a tu mejor amiga en tu chica ideal". Yo con escasa masa corporal y tú con demasiadas pesas metidas en el cuerpo... acabé cayendo al agua de un golpe, un golpe singular, nada comparado con...

Alguien golpeó con la suavidad de un arado mi hombro, me desperté. El gas había inundado la cocina, mi familia jaleaba, yendo de un lado a otro, como bailando una danza tribal. Aquel bizcocho granate me intimidaba y mis manos titubeaban, de un golpe seco giré el interruptor y anulé sin piedad el olor amenazante que momentos antes me alienó. La segunda vez todo es más fácil.

Subí las escaleras. Me eché en la cama y dejé que mi piel se adhiriera a las sábanas, deseé fundirme con ellas y lamentarme. La contrariedad, tu contrariedad me perseguía. Mi tragedia no había hecho más que comenzar.



8 comentarios:

MaRía dijo...

Aaay... Los recuerdos, que llegan cuando menos te lo esperas.

No había escuchado nunca esa canción, pero me gusta.

Un beso

Pat Lawriter dijo...

Qué verdad más grandeeeeeeeeeeee.............

Me alegra que te guste la canción, a mi me pareció increíble la primera vez que la escuché... y es la ideal para el post....

Besos de vuelta.

Perséfone dijo...

Parece que no, pero una orda de electrodomésticos, cazos y sartenes locos jamás ejeceran sobre nosotros la misma fuerza negativa que la del peor de los recuerdos...

A no ser que se vuelvan aliados, como en este caso.

Concido en la calidad de la canción.

Por cierto, me encanta el nombre de tu blog. Yo también soy adicta al helado y al chocolate (da igual si van juntos o separados xD).

Un abrazo.

Pat Lawriter dijo...

El despertador, el cazo, la bombona de butano... y el chico de la historia... entre todos, estaba yo contenta...

La canción es una preciosidad...

Más que un dulce, un helado, y si es de chocolate, ¡mejor!

Otro abrazo.

Plyngo and Me dijo...

Y entre todos esos recuerdos y cacharros una prosa digna de un excelente escritor. Escribes muy bien para estar tan triste y recordar a un tipo que se pasa horas y horas en el gimnasio... un saludo desde las Cook.

Pat Lawriter dijo...

Es un recuerdo muy antiguo, de hace muuuchos añosss... entonces los tipos amigos de las pesas me gustaban...

Siempre he pensado que cuando uno esta triste, escribe mejor... es una sensación equivocada quizá...

Muchas gracias por tu comentario.

Saluditos.

Anónimo dijo...

Realmente este paseo por tus post antiguos ha sido un placer. Qué bien escribes...Y creo que en parte tienes razón , yo escribía poesía hace años atrás cuando era una infeliz de mierda y desde que soy feliz, sólo he escrito unas boberías indignas de darlas a conocer. En fin, no es tan alto el precio, no crees?

Santiago dijo...

el amor llega cuando menos lo esperas pero a veces cuesta esperar a que llegue o a olvidar a alguien. hace un año me separe y me consegui pasajes Baratos a europa, recorri muchos paises durante 2 meses y me hizo muy bien