viernes, 19 de diciembre de 2008

CUANDO EL GRAJO VUELA BAJO...

...hace un frío del carajo, cuando vuela rasante, hace un frío acojonante.

La sabiduría del refranero popular es infinita. Y no hay más que decir que últimamente el grajo vuela bajo, rasante, pegaíto pegaíto al suelo. Vamos, qué hace mucho frío.

El frío es puñetero,
sobre todo el frío húmedo, pero en general, todos los fríos son puñeteros.

Te despiertas por la mañana, abres los ojos y sientes el frío. Te despiertas a media noche, abres los ojos y sientes el frío. Y si puedes aguantar dos horas en la cama, con ganas de ir al baño, te aguantas; si no puedes soportarlo, te levantas.

Te incorporas, sacas la pierna de la cama y pones el pie en suelo, ¿dónde leches está la zapatilla, si yo la dejé anoche aquí...? Pues no aparece, bien se ha mudado de casa, bien está debajo de la cama. Sacas el cuerpo entero.

Ahora buscas la bata. La bata la dejaste encima de la silla, ¿dónde está la bata?, ¿dónde está la silla?, ¿a cuánto está el euribor? ¿meterán en al cárcel a los estafadores?... digo, perdón, la silla está desaparecida... o es de noche aún y no ves un pimiento.

Te levantas, sin bata, sin zapatillas, a pecho descubierto, como los valientes, avanzas por el pasillo (los baños siempre están al final del pasillo, ya sea entrando o saliendo de la casa). Con un poco de suerte, medio dormido, no te pegas un golpe con el marco de la puerta. Con un poco de mala suerte, te lo pegas (yo lo me pegué una vez, hace muuuchos añooos).

El baño está muy lejos del universo cama calentita, y en él, lo más lejano es la taza del báter, que suele estar, digamos, helada. Se te corta hasta la respiración. Pero vuelves pitando a la cama.

Breve sufrimiento, antesala de la hora de levantarse para comenzar un nuevo día de frío.

2 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Yo una vez me di un golpe en el meñique del pie contra una silla, exactamente en la situación que estás describiendo.

Diossssssss!!! qué daño!!!!

Y esa silla traidora ¿qué haría ahí, la muy pérfida?

Pat Lawriter dijo...

PUfff, esos golpes hacen un daño que no veas... son como los del codo... que parece que se te va a caer el brazo del dolor...

Saluditos.