sábado, 24 de enero de 2009

GRAN HERMANO Y YO

Seguro que todos conocéis a alguien que fuma y bebe mucho o demasiado, que no recicla la basura, que no paga (todos) sus impuestos, que no se levanta de su asiento en el bus para dejar sentar a una persona mayor, que no para en los pasos de cebra, que ve porno o roba objetos del trabajo. También conoceréis a alguien que viera "Sin tetas no hay paraíso".

Bien, pues yo no hago nada de eso, no fumo, no bebo, reciclo la basura, pago mis impuestos, me levanto para ceder mi sitio, paro en los pasos de cebra, no veo porno ni robo objetos del trabajo, y no ví ningún capítulo de esa cuestionada serie con nombre tan horripilante, pero he de confesar que, en ocasiones, veo Gran Hermano.

Ya está, ya lo he dicho, no es tan grave, debéis comprenderme, no tengo vicio ninguno... algo tengo que hacer para desestresarme... además de leer, ver cine, montar en bici y escribir mi blog (todo esto no basta, mi estres es MUCHO).

En mi descargo, seguiré diciendo que otras personas de valía contrastada también sigue Gran Hermano. Como prueba, un tal Gato Encerrado , que comenta el programa desde hace varias ediciones y redacta unos post extensísimos, adornados con referencias históricas y literarias, que ya quisieran conocer muchos de los concursantes. Y anoche mismo comprobé que Nacho Montes (que acompaña a Cristina López Schlichting en la Cope algunas tardes) también es fiel seguidor. Mira, no estoy sola en una selva de iletrados.

Bien, pedidas las disculpas oportunas por tener un hábito tan poco recomendable, diré a quien le importe, que este chiquillo de las fotos es el ganador de la última edición, Iván Madrazo es su nombre. Como podréis observar, en este punto, el interés del reality va más allá del experimento social, aquí lo interesante es lo guapetón que es el chaval, y no olvidemos que mide casi un metro noventa, qué cosa.

Le ha costado mucho ganar, ocho nominaciones. El resto de participantes lo rechazó desde el principio, lo machacó y eso hizo que la audiencia lo defendiera y mantuviera en la casa hasta el final. Resulta curioso comprobar cómo la gente que concursa en estos programitas, conociéndolos, siga cometiendo el mismo error de siempre. Es un hecho comprobado que en cualquier reality, la víctima siempre gana.

Creo que Gran Hermano está normalizado, quiero decir que ya no es eso, ya no es un "experimento social", hace tiempo que dejó de serlo (si alguna vez lo fue). Los ex-concursantes, en su mayoría, vuelven al anonimato y desaparecen de la tele. Ahora es sólo como una jaula temporal, nada más.



¿Qué lleva a una persona -normal- a acudir a estos programas -además del dinero, claro-? Un trauma, un complejo, un desengaño amoroso. Todos hemos hecho tonterías alguna vez, pensadlo y si no las hemos hecho, las hemos rumiado, pero no han cuajado porque el angelito nos ha susurrado al oído algún buen consejo. Me temo que algunas personas tiene el angelito dormilón y el único que les grita es el diablillo.

Ayer Iván, el ganador, lloró como un niño cuando una seguidora del programa, fundadora de su plataforma ("ivanistas") le habló en directo en conexión telefónica. Una señora de cierta edad, según parece, muy enferma, que había encontrado una luz de entretenimiento e ilusión en la cara de este chico y había hecho todo lo posible por lograr que ganara. Pues ¡bien! por Gran Hermano, ¡bien! por Iván.

Hay quien oye la radio, pasea al perro o hace punto. Hay quien hace todo eso y además, en ocasiones, ve Gran Hermano. Al menos, es un vicio legal.

8 comentarios:

peibol dijo...

Yo no veo Gran hermano porque no puedo, va en contra de mis principios y me roncho si por casualidad doy con el programa en un zapping. Pero es cierto lo que comentas sobre el efecto víctima, y para muestra, un botón de cosecha propia:

http://trespollosyunagamba.blogspot.com/2008/02/la-compasin-gana-la-razn.html

Saludos ;)

Isi dijo...

A mí me parece horrible que veas gran hermano. Pero espero que, por lo menos, no te gastes el dinero en llamar para lo de las votaciones... por favor, dí que no!!
Como veo que lo del estrés te supera, y no lo encuentro en tu lista de cosas desestresantes, te recomiendo practicar más sexo. A mí me funciona (y de hecho, no veo la tele).
:)))
Un saludo!

Pat Lawriter dijo...

Peibol, llevas razón en tu post sobre la pena. Es más, en los casos que cuentas, es pena, pena total, o sea, recursos más allá del talento, utilizados para seducir la público, ¿es ello lícito? Buf, no sé. Lo que sé es que no es justo que uno los apliquen y otros no, deberían usarlos todos, ¿no?

Isi, puedes estar tranquila, no he tenido el valor de gastar mi dinero en GH, dinero que trabajito me cuesta recibir, no te imaginas cuánto.

A mí también me parece horrible que vea GH, lo llevo como un defecto, como comerme a veces la uñas o pisar hormigas cuando ando... la resignación me ayuda con la carga.

También me confieso culpable de ver la tele, pero es que no lo puedo evitar. Cuando está apagada, incluso, oigo cómo me llama para que la encienda.

Confieso, ya te digo, que después de ver durante el día cosas serias, serias, graves, graves, sin solución, sin solución... la tele a veces me da "aire", soy así de simple, pongo la "neurona automática" y mientras "surfeo" la red, la tengo de fondo. Es así.

Amiga mía, amiga mía, si el sexo está en mi lista de desestresantes, no es un dato que me apetezca hacer público, querida.

Cambiar la tele por el sexo es una gran idea. Me alegro de que la rutina, lo diario, el estres, el trabajo, los niños, la suegra, la hipoteca, la crisis y el perro no te quiten las ganas... jisjisjis...

Saluditos.

Catalina dijo...

Que bonita entrada. A mi, como Ivanista (creyente, practicante y parte de la P.P.I) anoche me emocionaron tanto las palabaras y los lloros de Iván ante nuestra capitana Karla Guerrera, que me sentí reconfortada y orgullosa, una vez más de haber seguido este programa con tanta pasión.

Yo nunca he visto ni cinco minutos de "Sin tetas no hay paraiso", es más, jamás he visto completo un capítulo de "Aída", que parece que es pena capital en España. Pero GH me puede.

Gracias por visitar mi blog y por hacer un post tan precioso de Iván. Nos leemos.

Besos
Cata

peibol dijo...

¡Hola de nuevo!

Tienes un regalito en mi bog; pásate a recogerlo cuando quieras

Pat Lawriter dijo...

Peibol, criatura, muchas gracias, te respondo en tu blog.

Saluditos.

Pat Lawriter dijo...

Catalina, gracias por tu visita, de verdad.

Yo también me quedé anoche, no sabía nada del tema de Carla, porque no he podido ver foros ni nada.

Yo tampoco veía esas series, la verdad... siempre había otra cosa que me gustaba más...

Nos leemos, sí...

Un abrazo.

Perséfone dijo...

Pues mira, yo también soy seguidora de GH, y tampoco me avergüenzo de ello como hacen muchos que dicen ser fervientes seguidores de los documentales de la 2 y luego convierten a este oro tipo de programas en líderes de audiencia.

Por mi parte doy fé de que ver un para de documentales al día no es para nada incompatible con seguir GH una vez a la semana.

En este país, además de mucha hipocresía, hay mucha falta de respeto. Y es que no hace falta insultar a nadie (en este caso a todos los seguidores) para decir que algo no te gusta.

De haberlo sabido antes, hubiese ido comenstando la edición contigo xD

Un abrazo.