domingo, 30 de noviembre de 2008

SE ALQUILA MISIL. COMO NUEVO. LISTO PARA LANZAR.

La crisis obliga a las fuerzas armadas a plantearse el leasing de misiles

Día Z, 5:58 a.m. Fragata F-100 Rodrigo de Triana.

La operación Overchurro está a punto de hacerse realidad. Meses de preparación, toneladas de armamento.

Todo parece estar listo, el aire no se siente, nada se mueve.

- “Capitán, casi es la hora, restan dos minutos”- grita el Teniente Pérez. Con gesto serio, se acerca al Capitán, que está más serio todavía.

-“Teniente Pérez, compruebe que todo está preparado” – el Capitán González no ha dormido bien, la tensión y la responsabilidad no le han dejado.

- “¡Atención, todos a sus puestos, faltan sólo dos minutos!. Cabo García, ¿está todo en orden?” –pregunta el Teniente Pérez a un jovencito con cara de empollón.

El Cabo Especialista García, iba para médico pero la sangre le mareaba, lo dejó en el primer curso. Ahora está delante de seis pantallas de ordenador, a punto de lanzar un mísil.

-“¡Sí señor, todo listo!”- responde rápidamente.

-“Bien, Teniente Pérez, a mi orden, inicie el lanzamiento del primer mísil!”- señala el Capitán González.

-“Sí señor”- responde el Teniente Pérez.

Dos minutos vuelan, como lo hará el mísil.

“¡Teniente, inicie lanzamiento!”- grita el Capitán.

“¡Cabo Especialista, inicie lanzamiento!” –repite el Teniente Pérez.

“¡Iniciado, señor!”- responde el Cabo Especialista García.

Un mísil Tomahawk abandona la fragata, ascendiendo a gran velocidad. El Capitán, el Teniente, el Cabo Especialista y el resto de la tripulación observan su trayectoria, unos en las pantallas, otros desde la cubierta de la fragata.

Y entonces, el Teniente Pérez menea unos papeles encima de su mesa, el Capitán González lo mira fijamente. El Teniente se pone a leer una notificación sin importancia que llevaba allí dos días. No había reparado en ella porque cuando se la trajeron era la hora del café y había quedado con el Guardamarina Martínez para charlar sobre las periquitas que se estaban trajinando.

La cara se lo pone roja, luego amarilla, después blanca. El Capitán intuye que algo pasa.

-“¿Qué ocurre Teniente?”- pregunta nervioso.

-“Se…se…señor, esto llegó hace dos días…”- la voz casi no le responde, le tiembla la mano, alargándola, acerca el documento al Capitán, que lo lee…

- “¡Eeeeehhhhh, pero vamos a ver, Pérez, Pérez!, ¡qué misil hemos lanzado!” – berrea el Capitán González- “¡Me-cago-en-tó-lo-que-se-menea, Pérez, Pérez, Péeeeerez, por su madre pero ¿qué mísil hemos lanzado?.... -Pérez no responde, se ha quedado mudo- ¡ostras, ostras, ostras, que hemos lanzado el alquilao, que no hay dinero, que es el del leasing…!, ¡que lo tenemos que devolver mañana, Péeeeeerez!”.

Esto nos pasa por hacer las prácticas en el puerto en lugar de hacerlas en alta mar… lo mismito nos pasó en Trafalgar…” –murmura el Guardamarina Martínez, mientras se relame recordando el sugerente escote de la periquita rubia.


2 comentarios:

La chica de ayer dijo...

Si es que la crisis llega a todas partes!!!! Gracias por pasarte por mi blog!

Pat Lawriter dijo...

Sí, ya ves... y lo que dicen que queda... de nada... mujer... saluditos.